Música, danza, canto y actuación se fusionaron para dar vida al musical de Broadway producido por la SAS y el Isic
Míriam Noriega
14-06-2012
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Fotografía: Noroeste/Enrique Serrato.
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CULIACÁN._Una fiesta de música, baile, canto y actuación fue la que ofreció la versión sinaloense del musical Mi bella dama, que a través de la magia escenográfica trasladó a los presentes hasta el barrio londinense de Covent Garden para iniciar la historia más representada desde 1956 y con la que la SAS cerró su Temporada de Primavera.
Los personajes protagonistas, inmortalizados por el cine y Broadway, cobraron vida con de las interpretaciones de Rubén Cerda, como Henry Higgins, el profesor solterón, duro e irascible, quien con la ayuda de su colega y amigo el Coronel Pickering, al que da vida el actor Ramón Polo Gómez, pactan una apuesta en la que ponen en duda que la florista mal hablada Eliza Doolittle, papel de Charlene Arian, pueda convertirse en una dama capaz de asistir a un baile de embajada.
El espectáculo que duró más de dos horas, lejos de ser cansado, fue una constante dosis de diversión, no sólo por los pleitos entre Eliza y su maestro, sino además por la simpatía Alfred Doolittle, el padre de la protagonista, con el que el actor Polo Falcón hizo reír en varias escenas, por lo que fue uno de los más alabados.
Los suspiros de la noche fueron para el ex academico Johnny Sigal, quien en el papel de Freddy Eynsford-Hill interpretó las melodías de amor con las que deseaba conquistar en amor de Eliza.
El repertorio también estuvo complementado por Hildelisa Hangis y Willy Pineda, quienes en esta ocasión fungieron como bailarines y coristas, pero que en algunas presentaciones serán Eliza y Freddy.
En el musical también destacan las actuaciones de los actores Genaro Sahagún, Cynthia Rogers, Jorge "Tope" Armenta, Ninfa Burgos, Susana Salomón, José Luis Pacheco, Patricia Pérez, Leticia Santos y la presentación especial del maestro Ramón Mimiaga, entre muchos otros.
La cambiante escenografía que "trasportaba" tanto a las frías calles de Inglaterra como al interior de aquellos grandes salones europeos de 1912, fue el marco complementario para el vestuario que hizo lucir a los personajes tal y como en la historia original, sobre todo el atuendo de Eliza en vestido blanco con moños de líneas negras y el gran sombrero que lució durante su primera presentación en sociedad.
La casa del personaje experto en fonética y prestigioso lingüista Higgins, el hipódromo, el salón de baile de embajada y el barrio pobre, fueron el montaje logrado con la ayuda de tramoyeros cuidadosamente personificados como una extensión de los actores.
El musical que resalta como valores fundamentales la superación personal a través de la educación, el amor propio y el respeto, en esta primera ocasión abrió el telón del Auditorio MIA para una función especial ofrecida al Grupo Amigos de Niños Afectados de Cáncer, la Ciudad de los Niños, seminaristas y medios de comunicación.
Miguel Alonso Gutiérrez, director de escena, al término de la obra mencionó que en esta presentación el elenco mostró una vez más el talento y que realmente ha sido un extraordinario equipo el que se formó.
"En Culiacán y en general en Sinaloa hay extraordinarios músicos, cantantes, actores, que pueden sustentar un musical y yo creo que lo que ha hecho Leonor Quijada sobre todo como siempre al emprender estas aventuras de producir un musical, refrenda el hecho de que la Sociedad Artística Sinaloense presenta espectáculos de primer nivel", expresó.
" Creo que la gente va a estar feliz de la vida con este musical, que desde Anny la fuerfanita, no habíamos tenido oportunidad".
Reiteró que es una producción orgullosamente local en la que destacó la participación de Roberto Balcázar, con la escenografía; Ricardo Rodríguez, en la producción; Eduardo González, director musical; Vanesa Aún, en el vestuario, y demás gente involucrada en el proyecto.
Mi bella dama
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